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La insignia
3 de junio del 2005


EEUU

Un largo y caluroso verano


Eduardo Stanley
Pacific News Service / La insignia. EEUU, junio del 2005.


Fresno.- Carlos Alan Autry (Louisiana, 1952) fue elegido presidente municipal de esta ciudad de casi medio millón de habitantes en el año 2000, y cuatro años después ganó la reelección por amplio margen. Republicano y religioso, Autry se había mantenido hasta ahora al margen de controversias. Considerado pragmático y accesible, manifiesta abiertamente su preferencia por cuestiones educativas. Nadie sabe exactamente cuáles son las ambiciones políticas de este ex actor (personificó a Bubba en la serie "Al calor de la noche") y también ex futbolista de la NFL.

Pero para muchos, ahora están claras sus intenciones: el pasado jueves 26 de mayo, Autry se involucró en el asunto de moda: criticar la inmigración. Durante su discurso anual sobre el estado de la ciudad, dijo que era imperativo frenar el flujo migratorio indocumentado porque está afectando visiblemente a la ciudad, particularmente en áreas de seguridad, salud y educación. Y agregó que Estados Unidos debería implementar un programa de "trabajadores huéspedes" (similar al de Braceros, 1946-1962), propuesta impulsada por los conservadores y el sector patronal.

La reacción no tardó en llegar. El domingo 29, el columnista Bill McEwen escribió en el periódico local The Fresno Bee que Autry busca un protagonismo propio de quienes pretenden otro puesto electoral. "Está tratando ser politicamente correcto de acuerdo a la moda del 2005". Muchos activistas de los derechos de los inmigrantes están de acuerdo: "quiere publicitarse a costa de los inmigrantes", comentó John Crokford, del Partido Peace and Freedom de Fresno. La nueva y creciente presencia de Autry en la prensa parece confirmar la acusación.

Autry no llegó al extremo, como el gobernador Arnold Schwarzenegger, de aplaudir a las milicias antiinmigrantes que patrullan voluntariamente la frontera con México en Arizona, pero repitió el concepto generalizado de culpar a los inmigrantes por los problemas sociales y presupuestarios. Como solución, propone una reunión cumbre para tratar el asunto y a la cual deberían asistir los presidentes George W. Bush y Vicente, así como el gobernador del estado. Y esta cumbre tendría lugar, naturalmente, en Fresno.

Unos 30 representantes de organizaciones locales de base entregaron el jueves 3 de junio una petición para citar al alcalde para dicutir el asunto. "Lo que buscamos es un diálogo con el alcalde, queremos que nos aclare sus comentarios, en base a qué afirma que los inmigrantes indocumentados son un problema para la ciudad y también qué busca con estas declaraciones", comentó Leonel Flores, reconocido activista local.

Otros participantes fueron igualmente explícitos. "No hay personas ilegales, sólo acciones ilegales -dijo el sacerdote Joaquín Arriaga, de la iglesia Santa Lucía de Parlier-. Muchas personas que se dicen religiosas, conservadores compasivos, llaman así a los inmigrantes que en realidad son verdaderos héroes de la economía, son gente productiva." Muchos de los activistas presentes fueron acompañados por sus familias y la presencia de la prensa local puso de manifiesto el interés despertado en esta ciudad por las declaraciones mencionadas. El ánimo de los activistas era de diálogo. El representante del alcalde, Ken Shocley, recibió la petición y prometió una pronta respuesta.

"Quiero aclarar los conceptos injustos del alcalde contra los inmigrantes -dijo Carlos López, artista mexicano residente de Fresno-. Los inmigrantes no sólo aportan su trabajo, sino también su cultura, creando lazos de unidad con otras comunidades étnicas del Valle." De acuerdo a representantes de las organizaciones presentes, intentarán demostrarle al alcalde los aportes de los inmigrantes y presionarlo para que no caiga en las tentaciones de seguir manipulando el asunto.

En los últimos dos años, la tendencia antiinmigrante ha aumentado notablemente en el país. En California notable, especialmente a medida que se agudizan las discusiones sobre la crisis económica, las reducciones de programas sociales y la falta de creatividad de los políticos para resolver una situación que está polarizando a los habitantes. Al igual que en 1994, la inmigración-especialmente la indocumentada-se ha convertido en una cuestión de divide a la sociedad. Y como entonces, los sectores conservadores se concentran alrededor de las ideas de exclusión y de cerrar las fronteras.

Hoy como ayer, el raciocino es el gran ausente entre estos agitadores. Esta vez, los defensores de los derechos de los inmigrantes parecen aportar una fuerte cuota de paciencia. Será un largo y caluroso verano.



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